El documental "César y Zain", coproducido por El Deseo y Es.Docu, muestra la posibilidad de un acercamiento cultural y religioso entre dos mundos aparentemente diferentes, según dijo a EFE uno de sus protagonistas, Zain A. Awan.
Dirigido por Larry Levene, el documental trata sobre un madrileño y un hindú que establecen contacto a través de una sala de ajedrez de Internet y cuyo deseo mutuo de conocerse les ayuda romper las barreras y concepciones incorrectas sobre sus países, religiones y culturas.
"El documental fue grabado en un momento en el que las relaciones entre cristianos y musulmanes nunca habían sido más tensas y peores, debido a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, la guerra en Afganistán y la de Irak", explicó Zain.
Se trata de explorar si, en esas circunstancias difíciles, dos jóvenes que pertenecen a entornos totalmente distintos, se pueden acercar y llegar a entenderse mejor, algo que, según Zain, "sí es posible, siempre que haya un deseo sincero de hacerlo".
El joven musulmán, que estudia periodismo en Delhi, conoció a Larry Levene cuando este acudió a la India en busca de un protagonista para su próxima obra.
En el documental, grabado entre mayo y junio de 2002, Zain conoce a César en una sala de ajedrez en Internet y ambos inician una amistad que les lleva a viajar al país del otro.
Zain admite que, antes de viajar a Madrid, tenía sus aprehensiones con respecto a la manutención, ya que el islám prohíbe el consumo de alcohol y de cerdo y además sólo come carne cortada de cierta manera.
"La familia de César, que me hospedó, y sus amigos siempre me guiaron y me avisaron sobre lo que no podía comer. Su padre se levantaba temprano para ir a un sitio lejano donde se vendía la carne que yo podía consumir y, durante los 20 días que estuve con ellos, se abstuvieron de preparar carne de cerdo", recuerda Zain.
La grabación del documental le llevó por primera vez a Europa y el joven afirma que "nada más aterrizar, Madrid ya me gustó", aunque admite que "los primeros días me sentí muy desorientado ya que en el Viejo Delhi, donde vivo, hay mucho ruido y en el barrio de César ¡había un silencio extraordinario!".
En el documental de 83 minutos, se ven las experiencias de Zain en la capital española y de su nuevo amigo, César, en el exótico Viejo Delhi, donde ambos tratan con las familias del uno y el otro sobre distintas cuestiones religiosas y culturales.
Zain destaca algunas de las diferencias que notó, como la unidad familiar. Viniendo de un país, donde los jóvenes suelen seguir en casa de sus padres hasta que se casan, o incluso después con sus esposos, le extrañó ver la gente de su edad en sus propias viviendas y también el concepto de vivir con su pareja sin haberse casado, algo no muy común en la India.
También le sorprendió que "la nueva generación de España parece estar muy apartada de la religión. Sé que los cristianos expulsaron a los musulmanes del país y, por eso, pensaba que estarían muy integrados en su religión".
Sin embargo, Zain aseguró que la gente hizo un gran esfuerzo para respetar su religión y costumbres y para explicarle las suyas.
"Hablé con la familia y los amigos de César de temas como la muerte, el enterramiento y nuestro concepto hindú de la vida tras la muerte", dice el protagonista.
Una de las cosas de que más disfrutó en su viaje fue asistir a un partido de fútbol. "Fue uno de los eventos más destacables de mi viaje a España. Fui a ver al Real Madrid jugar en su campo. Había visto al equipo en la televisión en Delhi, pero jamás había acudido a un partido y me encantó", afirmó Zain.
El joven terminó su experiencia con muy buenos recuerdos de Madrid y espera volver a visitar a su "otra familia" lo antes posible.
"Nosotros, los hindúes somos muy sentimentales y no me di cuenta de lo mucho que llegamos a querernos la familia de César y yo hasta el momento de irme", admite.
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Dirigido por Larry Levene, el documental trata sobre un madrileño y un hindú que establecen contacto a través de una sala de ajedrez de Internet y cuyo deseo mutuo de conocerse les ayuda romper las barreras y concepciones incorrectas sobre sus países, religiones y culturas.
"El documental fue grabado en un momento en el que las relaciones entre cristianos y musulmanes nunca habían sido más tensas y peores, debido a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, la guerra en Afganistán y la de Irak", explicó Zain.
Se trata de explorar si, en esas circunstancias difíciles, dos jóvenes que pertenecen a entornos totalmente distintos, se pueden acercar y llegar a entenderse mejor, algo que, según Zain, "sí es posible, siempre que haya un deseo sincero de hacerlo".
El joven musulmán, que estudia periodismo en Delhi, conoció a Larry Levene cuando este acudió a la India en busca de un protagonista para su próxima obra.
En el documental, grabado entre mayo y junio de 2002, Zain conoce a César en una sala de ajedrez en Internet y ambos inician una amistad que les lleva a viajar al país del otro.
Zain admite que, antes de viajar a Madrid, tenía sus aprehensiones con respecto a la manutención, ya que el islám prohíbe el consumo de alcohol y de cerdo y además sólo come carne cortada de cierta manera.
"La familia de César, que me hospedó, y sus amigos siempre me guiaron y me avisaron sobre lo que no podía comer. Su padre se levantaba temprano para ir a un sitio lejano donde se vendía la carne que yo podía consumir y, durante los 20 días que estuve con ellos, se abstuvieron de preparar carne de cerdo", recuerda Zain.
La grabación del documental le llevó por primera vez a Europa y el joven afirma que "nada más aterrizar, Madrid ya me gustó", aunque admite que "los primeros días me sentí muy desorientado ya que en el Viejo Delhi, donde vivo, hay mucho ruido y en el barrio de César ¡había un silencio extraordinario!".
En el documental de 83 minutos, se ven las experiencias de Zain en la capital española y de su nuevo amigo, César, en el exótico Viejo Delhi, donde ambos tratan con las familias del uno y el otro sobre distintas cuestiones religiosas y culturales.
Zain destaca algunas de las diferencias que notó, como la unidad familiar. Viniendo de un país, donde los jóvenes suelen seguir en casa de sus padres hasta que se casan, o incluso después con sus esposos, le extrañó ver la gente de su edad en sus propias viviendas y también el concepto de vivir con su pareja sin haberse casado, algo no muy común en la India.
También le sorprendió que "la nueva generación de España parece estar muy apartada de la religión. Sé que los cristianos expulsaron a los musulmanes del país y, por eso, pensaba que estarían muy integrados en su religión".
Sin embargo, Zain aseguró que la gente hizo un gran esfuerzo para respetar su religión y costumbres y para explicarle las suyas.
"Hablé con la familia y los amigos de César de temas como la muerte, el enterramiento y nuestro concepto hindú de la vida tras la muerte", dice el protagonista.
Una de las cosas de que más disfrutó en su viaje fue asistir a un partido de fútbol. "Fue uno de los eventos más destacables de mi viaje a España. Fui a ver al Real Madrid jugar en su campo. Había visto al equipo en la televisión en Delhi, pero jamás había acudido a un partido y me encantó", afirmó Zain.
El joven terminó su experiencia con muy buenos recuerdos de Madrid y espera volver a visitar a su "otra familia" lo antes posible.
"Nosotros, los hindúes somos muy sentimentales y no me di cuenta de lo mucho que llegamos a querernos la familia de César y yo hasta el momento de irme", admite.
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